Mensaje por la navidad

Dame la mano y sígueme. Preguntemos a todos a qué han venido. Ese de la derecha ha visto una estrella, y se ha dedicado a seguirla. Es un soñador: sabe que ha llegado a algún sitio, pero siguecon la vista clavada en el cielo. A él lo que le importa es el sueño, es la estrella. Probablemente no llegue aver al Niño que tiene delante, ni sabrá nunca de otro sueño que aquel imposible y lejano.Aquél de la gorra verde pasaba por aquí. Como los conductores que aminoran la marcha en la carreteracuando avistan un accidente. “¿Qué habrá ahí que hay tanta gente mirando?”, se habrá dicho. Y aquí se hadetenido, a indagar. Ya ha visto que es un niño, y, satisfecha su curiosidad, tiene cierta prisa por continuar.Seguramente habrá más cosas que ver por el camino, y no quiere perdérselas. No ha entendido nada. Apunta la experiencia como una más, y se asegura de poder decir “yo estuve allí” si se da el caso. Qué de experiencias acumuladas, y que poca reflexión sobre ellas.Ese que parece tan cansado lleva toda la vida buscando este lugar. ¿No ves el arrobamiento con que mira al Niño? Le ha costado años buscar algo que llenase su corazón. Se bebió la miel del amor terrenal, probó todos los placeres de este mundo, y sequedó vacío. Un día vio la estrella desde su mansión de espuma. Lo vendió todo y partió tras ella. Y ahora comprende el Amor.Déjale que llore: su corazón está henchido de dulzura. Cuando regrese a su lugar, los que le conocieron no comprenderán nada,pero eso a él no le importa: esa criatura que ha nacido hoy ha cambiado su vida. Y descubrir el sentido de la vida de uno es unregalo del cielo, que pocas veces sucede.Ahora mira el camino, y dime a qué has venido tú: ¿A cantar? ¿A mirar?¿A por tu regalo? ¿A ver si pasa algo?¿A dejar que elamor cambie tu vida? Está naciendo Dios, el Niño que te querrá tanto que dará la vida por ti: tú sabrás lo que haces con eso.